16 cosas que tal vez no sabías de los Ángeles
Cada 02 de Octubre la Iglesia Católica celebra a los Ángeles Custodios y cada 29 de septiembre celebra la fiesta de tres Santos Arcángeles: San Miguel, San Gabriel y San Rafael.
“La Iglesia confiesa su fe en los Ángeles Custodios, venerándolos en la liturgia con una fiesta especial, y recomendando el recurso a su protección con una oración frecuente”, señaló una vez San Juan Pablo II en una de sus catequesis sobre los ángeles.
Aquí 16 cosas que tal vez no sabías de ellos:
1. Son los más cercanos a los humanos
Desde Pseudo-Dionisio Areopagita, Padre de la Iglesia del siglo VI, se suele enumerar tres jerarquías de ángeles. En la primera están los Serafines, Querubines y Tronos. Les siguen las Dominaciones, Virtudes y Potestades. Mientras que en la tercera jerarquía se encuentran los Principados, Arcángeles y Ángeles. Estos últimos son los que están más cercanos a las necesidades de los seres humanos.
2. Los arcángeles son también santos
La palabra “santo” (del griego ‘hagios’) significa “el que es sagrado”. No significa “ser humano santo”, sino que puede aplicarse a los santos que no son humanos.
Los arcángeles eligieron estar del lado de Dios y rechazaron al diablo, por lo tanto son ángeles santos.
3. Son mensajeros de anuncios importantes
La palabra Arcángel proviene de las palabras griegas “Arc” que significa “principal” y “ángel” que es “mensajero de Dios”. Al respecto, señala San Gregorio Magno:
“Hay que saber que el nombre de ‘ángel’ designa la función, no el ser del que lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles”.
4. Hay 7 Arcángeles según la Biblia
En el libro de Tobías (12,15) San Rafael se presenta como “uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia”. Mientras que en el Apocalipsis (8,2) San Juan describe: “vi a los siete Ángeles que estaban delante de Dios, y ellos recibieron siete trompetas”. Por estas dos citas bíblicas se afirma que son 7 Arcángeles.
5. Solo conocemos tres nombres
La Biblia solo da el nombre de tres Arcángeles: Miguel, Rafael y Gabriel. Los otros nombres (Uriel, Barachiel o Baraquiel, Jehudiel, Saeltiel) aparecen en libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en literatura rabínica.
Sin embargo, la Iglesia solamente reconoce los tres nombres que se encuentran en las Sagradas Escrituras. Los demás pueden servir como referencia, pero no son doctrina.
6. Gabriel significa “fortaleza de Dios”
En el Antiguo Testamento, San Gabriel Arcángel aparece en el libro sagrado de Daniel explicándole al profeta una visión del carnero y el chivo (Dn. 8:16), así como instruyéndolo en las cosas futuras (Dn. 9,21-27). En los Evangelios, San Lucas (1,11-20) lo menciona anunciando a Zacarías el nacimiento de San Juan Bautista y a María (Lc. 1,26-38) que concebiría y daría a luz a Jesús.
San Gabriel Arcángel es conocido como el “ángel mensajero”, se le representa con una vara de perfumada azucena y es patrono de las comunicaciones y de los comunicadores porque trajo al mundo la más bella noticia con la Anunciación.
7. Rafael en hebreo es “Dios sana”
El único libro sagrado que menciona a San Rafael Arcángel es el de Tobías y figura en varios capítulos. Allí se lee que Dios envía a este arcángel para que acompañe a Tobías en un viaje, en el que se casó con Sara, una mujer cuyos maridos fueron asesinados por el demonio Asmodeo.
De igual manera San Rafael le indicó a Tobías cómo devolverle la vista a su padre. Por esta razón es invocado para alejar enfermedades y terminar felizmente los viajes.
8. Miguel significa “¿Quién como Dios?”
El nombre del Arcángel Miguel viene del hebreo “Mija-El” que significa “¿Quién como Dios?” y que, según la tradición, fue el grito de guerra en defensa de los derechos de Dios cuando Lucifer se opuso a los planes salvíficos y de amor del Creador.
San Miguel es mencionado por su nombre en tres libros de la Escritura: en el libro de Daniel se le describe como ‘uno de los principales príncipes’ en la jerarquía celestial; en Judas se dice que San Miguel había peleado con el diablo por el cuerpo de Moisés; y en Apocalipsis, San Miguel y sus ángeles son representados luchando contra el diablo y arrojándolos del cielo.
La Iglesia Católica ha tenido siempre una gran devoción al Arcángel San Miguel, especialmente para pedirle que nos libre de los ataques del demonio y de los espíritus infernales. Se le suele representar con el traje de guerrero o soldado centurión poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo.
9. Te acompaña desde la concepción
Cada ser humano desde el momento de su concepción tiene un Ángel de la Guarda. Dice el Catecismo en el numeral 336: “Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión”. Asimismo, añade una frase de San Basilio Magno: “Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un Ángel como protector y pastor para conducir su vida”.
Con estas afirmaciones se entiende que la misión del Ángel de la Guarda es la de velar por cada uno, protegiéndonos de los peligros y alentando nuestra vida en Cristo. Por ello San Juan María Vianney (el Cura de Ars) indicaba: “Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuando va a Misa”.
10. Su existencia no es un invento ni un cuento infantil, se fundamenta en la Biblia
La existencia de los ángeles, una verdad de fe. En la Biblia, desde el Antiguo Testamento hay numerosas citas que hablan de los ángeles que custodian, como en Éxodo (23, 20-21): “Yo voy a enviar un Ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado. Respétalo y escucha su voz”.
De igual manera en el Nuevo Testamento, Jesús dice (Mt. 18,10): “Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus Ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial”.
11. Son compañeros cercanos de los Santos
Muchos santos han dado testimonio de la inseparable relación que tuvieron con sus Ángeles Custodios. Entre ellos tenemos a San Francisco de Sales, Santa Teresita del Niño Jesús, San Pío de Pietrelcina, San Josemaría Escrivá, etc.
Se dice que Santa Francisca Romana (1384-1440), patrona de los conductores, tuvo la fortuna de ver a su Ángel de la Guarda, quien velaba por ella día y noche. La santa lo describe así: “Era de una belleza increíble, con un cutis más blanco que la nieve y un rubor que superaba el arrebol de las rosas”.
“Sus ojos, siempre abiertos tornados hacia el cielo, el largo cabello ensortijado tenía el color del oro bruñido. Su túnica llegaba al suelo y era de un blanco algo azulado y, otras veces, con destellos rojizos. Era tal la irradiación luminosa que emanaba de su rostro, que podía leer maitines en plena media noche”.
12. Es tu protector en los momentos difíciles
En el siglo IV San Basilio Magno decía que "todo fiel tiene a su lado un Ángel como protector y pastor, para llevarlo a la vida". Por su parte, San Bernardo de Claraval enseñaba que los Ángeles Custodios son demostración de que "el cielo no descuida nada que pueda ayudarnos", por lo cual pone "a nuestro lado estos espíritus celestes para que nos protejan, nos instruyan y nos guíen".
En una ocasión San Juan Bosco narró que el día de la fiesta del Ángel de la Guarda, recomendó a sus muchachos que en los momentos de peligro invocaran a su Ángel Custodio. En aquella semana dos jóvenes obreros estaban en un andamio altísimo alcanzando materiales y de pronto se partió la tabla y ambos se vinieron abajo.
Uno de ellos recordó el consejo del santo y exclamó: “¡Ángel de mi guarda!”. Cayeron sin sentido y cuando sus compañeros fueron a verlos, encontraron que uno había muerto, pero el que había invocado al Ángel Custodio recobró el conocimiento y subió la escalera del andamio como si nada le hubiera pasado. Luego el muchacho contó que al invocar a su ángel sintió que le ponían por debajo una sábana, que lo bajaban suavemente y que después de eso ya no recordaba más.
13. Son poderosos servidores de Dios
El Catecismo en el numeral 329 especifica que “con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan ‘constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos’ (Mt 18, 10), son ‘agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra’ (Sal 103, 20).
San Bernardo Abad en uno de sus sermones indicó que “ellos, los que nos guardan en nuestros caminos, no pueden ser vencidos ni engañados, y menos aún pueden engañarnos. Son fieles, son prudentes, son poderosos: ¿por qué espantarnos? Basta con que los sigamos, con que estemos unidos a ellos, y viviremos así a la sombra del Omnipotente”.
14. Son veloces cuando se les llama
Santo Tomás de Aquino detalló en la Summa Theologica que “la rapidez de movimiento del ángel no se mide por la cantidad de su poder, sino de acuerdo con la determinación de su voluntad”.
Los ángeles no están obligados por un cuerpo material como nosotros, para que puedan moverse muy rápido, a la velocidad de “pensamiento”. Si se le pide al ángel Custodio que ayude a alguien más, este estará de vuelta inmediatamente.
15. La veneración a los Ángeles Custodios es legítima
En el 2002 la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos declaró en el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia que la devoción popular a los Santos Ángeles “es legítima y buena”.
Sin embargo, precisó, el fiel debe tener cuidado con algunos pensamiento erróneos, como: “creer que el mundo y la vida están sometidos a una lucha incesante entre Ángeles y demonios, en la cual el hombre resulta arrollado por poderes superiores a él, ante los que no puede hacer nada; o interpretar de una manera esquemática y simplista, casi infantil, algunas acontecimientos de su vida atribuyendo al Maligno incluso las pequeñas contradicciones, y por el contrario, al Ángel Custodio los éxitos y logros”.
También hay que rechazar, señala, “el uso de dar a los Ángeles nombres particulares, excepto Miguel, Gabriel y Rafael, que aparecen en la Escritura”.
16. Se les puede invocar en todo momento y lugar
Se les puede invocar en todo momento. Sin embargo, la tradición de la Iglesia recomienda saludar e invocar al Ángel de la guarda durante el día, especialmente con las siguientes oraciones:
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, defiéndeme y gobiérname. Amén.
Oración II
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que amanezca en los brazos de Jesús, José y María Amén.
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